Kevin Thomas, director de la ONG Red de Solidaridad de las Maquiladoras, lo tiene claro: «Cuando una empresa realiza mejoras en sus condiciones laborales, o incluso en sus salarios, el coste real en el producto final es de apenas unos centavos, no es algo que pueda preocupar a los consumidores. Lo único que hace falta es que las compañías renuncien a parte de sus enormes ganancias y se aseguren de que están haciendo las cosas bien», camisetas baloncesto indica en una reciente entrevista al diario canadiense The Globe And Mail.