El éxito de aquel modelo corrió a extenderse y el principio devino en dogma, configurando en los siguientes quince años un panorama destructivo, una batalla generalizada de músculos atrincherados en los aledaños del aro que no ahorraban en defensas en último término violentas, como dictaba la no lay-up rule de Pat Riley, camiseta de los bulls que impedía una sola bandeja liberada aun a costa de un camiseta nba puñetazo.