Las camisetas de fútbol, más allá de las ediciones limitadas, nunca fueron más caras que hoy. Pese a sus 21 años, James se ha convertido en una de las piezas más importantes del esquema de Sarina Wiegman. Este artículo versa sobre cómo hemos llegado a pagar casi un 20% del sueldo mínimo interprofesional por una prenda cuyo coste de fabricación está por debajo de los 10 euros. Una camiseta de fútbol cuesta ocho euros y se vende por 170: ¿están timando al aficionado?